¿Cómo estamos conectados con el océano?

    Todo lo que necesitas saber

    lo encuentras en está sección.

    ¿Cómo nos conectamos con el océano?

    La cantidad de plástico en el océano aumentará para el año 2030.

    El plástico es una problemática ambiental

    Afecta a todas las especies acuáticas y terrestres a lo largo de la cadena alimenticia.

    Nosotros también ingerimos plástico

    A través del agua y mariscos contaminados.

    Alternativas viables

    En varios ámbitos existen algunas soluciones al problema del plástico.

    De parte de los gobiernos

    ¿Existen realmente prohibiciones que resuelvan el problema?

    ¿Cómo desde las ciudades estamos conectados con el océano?

    La sociedad se ha vuelto cada vez mas dependiente de los plásticos desde que comenzó la producción comercial alrededor de 1950. Su versatilidad, peso ligero y bajo costo de producción han impulsado la demanda mundial (Hale et al., 2020). La mayoría de los plásticos se utilizan inicialmente y se desechan en tierra. No obstante, la cantidad de plásticos a nivel oceánico se predice que se duplicarán para 2030 (Hale et al., 2020).

    Los desechos plásticos surgen de su descarte en tierra, tratamiento de aguas residuales, desgaste de llantas, fallas en pinturas, lavado de textiles y pérdidas directas al océano. El transporte fluvial y atmosférico, aguas pluviales y desastres facilitan su liberación a ecosistemas acuáticos (Hale et al., 2020).
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    Río Motagua - Guatemala

    Este río que atraviesa una gran parte del país transporta distintos contaminantes, entre ellos plástico. Este desecho se genera, en su mayoría, en la Ciudad de Guatemala. Este río conecta directamente con el Sistema Arrecifal Mesoamericano y en consecuencia sus contaminantes pueden afectar directamente en varios ecosistemas clave: playas, manglares, pastos marinos y arrecifes coralinos (Villagrán, 2021).

    En 2017 el gobierno de Honduras presentó una demanda ante el Tribunal de La Haya, órgano principal en materia de justicia de las Naciones Unidas, solicitando a Guatemala mitigar el impacto ambiental provocado por los contaminantes que se vertía en sus aguas territoriales a través del río Motagua y exigían soluciones a corto plazo.

    La demanda estaba presentada, mientras la basura seguía llegado a las playas de Omoa, pero pronto las autoridades de Honduras cedieron. Luego de una reunión se obtuvo una cooperación binacional en la que, por un lado, Honduras colaboraría con las tareas de limpieza de sus playas y Guatemala se comprometía a adoptar medidas que evitarán la contaminación.

    El problema es que con los años el problema no disminuyó sino aumentó. El pasado agosto, el Gobierno de Honduras, indicó que volvería a interponer la demanda pues no había cumplimiento por parte de Guatemala, el proyecto de Guatemala de Biobardas, reciclaje y multas por tirar basura no funcionó para cumplir con su acuerdo con Honduras (García Burgos, 2020).

    Río Grande de Tárcoles – Costa Rica

    Este río nace en la cordillera volcánica central de Costa Rica, posee una longitud de 111 km y su cuenca hidrográfica cubre un área de 2.1 km. En él se vierten residuos del Área Metropolitana de San José, donde reside aproximadamente el 50% de la población costarricense.

    Este río se considera el más contaminado, no solo de Costa Rica sino de toda Centroamérica (Grajales, 2018). Las principales razones de la contaminación del río se encuentran:

    • En su enorme caudal desembocan todas las aguas residuales del Área Metropolitana del país, siendo únicamente el 4% de éstas las que pasan por un tratamiento previo, a entrar al río.
    • En el ámbito legal, las leyes han favorecido la actividad económica y el vertido de los desechos de sectores comerciales, por encima de la salud ambiental del río. Aunque se han establecido multas para esto, estas medidas no han sido respetada (Rodríguez, 2017).

    Al momento se han realizado acciones para mitigar el impacto de la contaminación en el río, como: planta de tratamiento de aguas Los Tajos, campañas aisladas de limpieza del río y la emisión del Decreto para la creación de una Comisión que se encargue de planificar vías alternas y sostenibles par proteger el río. Sin embargo, son necesarias acciones más significativas para recuperar el río antes que el daño sea irreparable (Rodríguez, 2017).

    A mediados del 2021 las autoridades de gobierno costarricense indicaron que la organización The Oceans Cleanup facilitará el sistema llamado “Inteceptor”, el cual eliminará los residuos plásticos flotantes y suspendidos de la capa superior de las aguas del río Tárcoles. Esta organización indica que mil ríos son responsables del 80% de la afluencia global de plástico, entre los cuales se encuentra este río con una huella de plástico anual de 3.02 millones de kilogramos (Soto Méndez, 2021).

    En 2017 el gobierno de Honduras presentó una demanda ante el Tribunal de La Haya, órgano principal en materia de justicia de las Naciones Unidas, solicitando a Guatemala mitigar el impacto ambiental provocado por los contaminantes que se vertía en sus aguas territoriales a través del río Motagua y exigían soluciones a corto plazo.

    La demanda estaba presentada, mientras la basura seguía llegado a las playas de Omoa, pero pronto las autoridades de Honduras cedieron. Luego de una reunión se obtuvo una cooperación binacional en la que, por un lado, Honduras colaboraría con las tareas de limpieza de sus playas y Guatemala se comprometía a adoptar medidas que evitarán la contaminación.

    El problema es que con los años el problema no disminuyó sino aumentó. El pasado agosto, el Gobierno de Honduras, indicó que volvería a interponer la demanda pues no había cumplimiento por parte de Guatemala, el proyecto de Guatemala de Biobardas, reciclaje y multas por tirar basura no funcionó para cumplir con su acuerdo con Honduras (García Burgos, 2020).

    Río Yangtsé – China

    El río Yangsté o río Azul es el más largo del país y de Asia (6,300 km) y el tercero más largo del mundo. Este río atraviesa zonas donde hay mas de 500 millones de personas, alimenta de agua al 40% del territorio chino y al 70% de la producción de arroz (Aguae Fundación, 2019). En él se encuentra la presa de las Tres Gargantas, la cual es una planta de generación de energía hidráulica con una de las capacidades de producción de energía mayores del mundo, con unos 270 GW.  

    Así mismo, este se clasifica como uno de los ríos más contaminados por el plástico y se estima que descarga al año aproximadamente 1.5 millones de toneladas de desechos plásticos al mar de China Oriental. Este río sufre de otros tipos de contaminación, como lo son: sedimentación, escorrentía agrícola, vertidos industriales, aguas residuales municipales y desechos orgánicos de granjas porcinas.  Esta contaminación aunada con la construcción de la presa de las Tres Gargantas y otros diques y desviaciones que se han realizado en el río, han reducido considerablemente su biodiversidad y la calidad de agua (El Ágora, 2021). 

    El gobierno de China anuncia un nuevo plan para reducir la contaminación por plástico en todo el país. Es un plan a largo plazo que inició a finales del 2020 y se prolongará al 2025. En él se establece que el plástico de un solo uso se eliminará paulatinamente durante este período. Este plan contempla la aplicación por regiones y en etapas dentro de país (Rus, 2020) (Maynard, 2021). 

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