El conocimiento sobre los severos impactos de los desechos plásticos marinos y su amplia distribución incluso en los entornos más prístinos crece constantemente. Se ha documentado en la literatura que numerosas especies de aves marinas, tortugas, peces y ballenas sufren y mueren por la ingestión de partículas de plástico confundidas con alimentos y por enredarse en artículos de plástico. Además, los desechos flotantes actúan como un vector para la propagación de especies exóticas y pueden obstaculizar el intercambio de gases en el lecho marino cuando sedimentado. Además, las partículas de plástico concentran en su superficie tóxicos disruptores endocrinos y otras sustancias químicas persistentes que luego se acumulan en la cadena alimentaria a través de los niveles tróficos. En este contexto, se revisan diferentes estrategias de mitigación de problemas y se realiza una evaluación del ciclo de vida de una operación de limpieza de playas árticas, que intenta cuantificar los efectos negativos y positivos de esta acción de mitigación en particular. La cantidad de plásticos eliminados y el beneficio ecológico resultante para la vida silvestre local, así como la mayor conciencia social sobre la basura marina, contrarrestan las emisiones de carbono causadas por la operación.
El proyecto identificó una falta de métodos de evaluación operacional para impactos ambientales positivos. Por lo tanto, los enfoques propios para describir los efectos logrados se establecen aquí como métodos de evaluación del impacto positivo. Finalmente, solo lograremos abordar este problema generalizado si la entrada de nuevos desechos plásticos en los océanos se detiene eventualmente o al menos se reduce drásticamente en un futuro cercano. Solo entonces, la salud de los ecosistemas marinos puede ser salvaguardados para no traspasar ningún umbral ecológico esencial.