Mientras el mundo se tambalea por la alteración global más profunda de su vida, el Informe Planeta Vivo de este año proporciona una evidencia inequívoca de que la naturaleza se está desmoronando y que nuestro planeta está mostrando claras señales de advertencia. La destrucción de la naturaleza por parte de la humanidad está teniendo impactos catastróficos, no solo en las poblaciones de fauna y flora salvajes, sino también en la salud humana y en todos los aspectos de nuestras vidas.
Se necesita con urgencia un profundo cambio cultural y sistémico, que hasta ahora nuestra civilización no ha conseguido alcanzar: la transición a una sociedad y un sistema económico que valore la naturaleza. Debemos reequilibrar nuestra relación con el planeta para preservar la asombrosa diversidad de vida en la Tierra y permitir una sociedad justa, saludable y próspera para finalmente asegurar nuestra propia supervivencia.
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As the world reels from the deepest global disruption of its life, this year's Living Planet Report provides unequivocal evidence that nature is crumbling and that our planet is showing clear warning signs. The destruction of nature by humanity is having catastrophic impacts, not only on populations of wild fauna and flora, but also on human health and in all aspects of our lives.
A profound cultural and systemic change is urgently needed, which our civilization has so far failed to achieve: the transition to a society and an economic system that values nature. We must rebalance our relationship with the planet to preserve the amazing diversity of life on Earth and allow for a just, healthy and prosperous society to ultimately ensure our own survival.